¡Hola a todos!
Antes que nada quiero desearos un muy feliz 2017, que no nos hemos visto por aquí desde antes de Nochebuena :)
Tenéis lista de propósitos para este año?
Yo no he hecho una lista en sí, pero sí que tengo en la cabeza varias ideas que me gustaría incorporar en mi día a día, como por ejemplo cambiar el chip a la hora de las meriendas y las cenas, que son las comidas del día que más me cuesta hacer de forma sana.
Desayunar y hacer una media mañana y una comida saludable no me cuesta nada y es más, me lo pide el cuerpo, pero a partir de la tarde no sé que me pasa a veces que flojeo y me apetecen cosas no tan saludables para merendar y cenar, supongo que el cansancio acumulado del día influye y nos tiramos a la comida de una forma más emocional y menos consciente.
Pero también es cierto que auqnue esto me pase a veces, me siento muy orgullosa de hasta dónde he llegado hasta el momento, ya que la mayoría de los días hago bien las cosas y todo ha sido gracias a cambiar el chip. Al final sentirse bien engancha, y el cuerpo te pide más.
Lo que me gustaría conseguir es que yo pueda decidir de forma consciente comerme una cosa u otra, es decir, comerme por ejemplo un gofre con chocolate porque de verdad me apetece en ese momento y estoy segura a nivel consciente de que me lo quiero comer sin ningún tipo de remordimientos, pero no estar super ansiosa y nerviosa por comérmelo como si lo necesitase y me fuese a morir si no me lo tomo. ¡En otras palabaras quiero dominar yo al gofre y no que el gofre me domine a mi! Sé que muchos de vosotros me entendéis a la perfección :) Se trata de hacer nuestras elecciones de forma consciente y no dejándonos llevar por el primer impulso que sentimos. Y para esto es muy últil escuchar a nuestro cuerpo, como se siente cuando le damos un alimento u otro.
Así que hoy vengo con una receta que es perfecta para quitarnos el capricho/antojo de dulce de una forma equilibrada y que además va a sentar genial a nuestro cuerpo.
Es todo un recetón, de esos que se convierten automáticamente en un imprescindible en nuestra cocina una vez que lo preparamos. Esta deliciosa y cremosísima crema de chocolate, tiene una textura sedosa divina y un sabor a cacao irresistible. ¡Y además sin azúcar ni otros ingredientes sospechosos!
Hay un par de trucos para que se quede cremosísima, aunque el realmente imprescindible es sin duda uno de sus ingredientes estrella, los anacardos. Estos deliciosos frutos secos, se emplean crudos en la receta y remojados durante unas horas, y al ser posteriormente triturados forman una crema extra cremosa que será la base para que nuestra crema de chocolate tenga la textura perfecta. Y si a alguien en la sala no le gustan los anacardos que no cunda el pánico, no vais a notar su sabor, esta crema sabe a chocolate chocolate, ¡del dulce y golosón!
Otro de sus ingredientes estrella para darle una cremosidad extra es el plátano, que podremos emplear normal o congelado, si queremos que nuestra crema sea helada. Y también vamos a utilizar leche de coco, por lo que ya os podéis imaginar el grado de cremosidad que tiene esta delicia de crema. Eso sí, podemos sustituirla por otras leches vegetales, si sólo queremos por ejemplo hacernos una ración, que no va a ser plan de estropear la lata de leche de coco para sólo un poquito.
Cremosa, deliciosa, dulcemente irresistible... ¡venga vamos allá con la receta que además se prepara en un momento!
Para hacer crema de chocolate para tres o cuatro personas (o dos personas muy golosas :D) vamos a necesitar:
- 1 lata de leche de coco (400 ml)
- 4 plátanos medianos maduros (congelados si queremos crema helada)
- 8 dátiles Medjool
- 4 buenos puñados de anacardos crudos remojados desde la noche anterior y escurridos
- 4 cucharaditas de açaí en polvo (opcional)
- 1 cucharadita de vainilla en polvo (o en extracto) (opcional)
- 4 cucharadas soperas de cacao puro en polvo
Tan sólo tenemos que triturar muy bien todos los ingredientes, hasta que esté todo muy cremoso. Yo la hago con mi queridísima batidora Optimum G2.1, que en tan sólo 30 segundos a velocidad 6 me daja la crema perfecta, lisa y sedosa, sin ningún resto de ningún ingrediente. Eso es fantástico porque al usar una velocidad que no es muy alta y poquito tiempo no calentamos la preparación por el efecto del motor, si no que todo se tritura tan rápidamente que se mantiene fresco y con todas sus propiedades. Por eso es perfecta para preprar los smoothies de fruta y verdura. Lo cierto es que ha sido una de las mejores inversiones que he hecho, la utilizo mínimo un par de veces al día, vamos que le meto caña de la buena. ¡Estoy feliz con ella, es ya como una extensión de mi brazo en la cocina! :)
¡en tan sólo 30 segundos está lista, viva la potencia! :) |
Me gusta servirla con un poco de coco rallado y granola, pero esto ya es completamente opcional, también queda espectacular con frutos rojos.
Esta crema es ideal para servir como postre en cualquier ocasión especial, o simplemente para darnos un capricho sano y rico en el día a día. Lo ideal es servirla al momento, pero se puede guardar sin problema en la nevera unos días.
Muchas veces preparo una versión más simple, ideal para el día a día, que me encanta tomarme para merendar o a media mañana y que a parte de estar también buenísima, te sacia, te carga las pilas a tope y te quita cualquier posbile antojo de dulce. Para ello trituro un plátano, 100 ml de leche vegetal (yo la utilizo de avena), un par de dátiles, la cucharadita de açaí, un puñado de anacardos remojados (incluso sin remojar si se me olvido pornerlos) y una cucharada de cacao en polvo. Y ya tenemos una versión un poco menos sofisticada pero deliciosa también y más práctica para diario.
El açaí en polvo como os digo es opcional, pero es un superalimento con muchísimas propiedades beneficiosas y además tiene un sabor delicioso, por lo que os lo recomiendo totalmente. Es un poco caro, pero cunde muchísimo, yo compré el paquete hará más de un año y todavía me queda casi la mitad.
Por otro lado, intenta elegir un cacao en polvo de cultivo biológico y si es crudo mejor que mejor, porque tedrá intactos todos sus nutrientes. También es un poco más caro, pero es una inversión que sin duda merece la pena, se nota mucho en la calidad y sobretodo en su sabor.
Lo de remojar los anacardos es por que así los activamos, esto quiere decir que liberamos sus nutrientes gracias al remojo, que de otra forma estarían bloqueados en gran parte por sustancias inhibidoras. Así aprovecharemos todo su potencial.
¡Y hasta aquí la entrada de hoy! ¿Qué os ha parecido? ¡Tenéis que probarla que está tremenda!
Espero que os haya encantado per sobretodo que os animéis a probarla, ¡estoy segura de que vais a repetir muy a menudo!
¡Un abrazo muy fuerte!
qué pinta, tengo que probarlo, puedes decirme de cuánto es la medida de la lata de leche de coco. y el acai en polvo dónde lo encuentras?.
ResponderEliminarHola Merce! La lata es de 400 ml, voy a ponerlo que se me había pasado! :) Y el açaí lo encuentras sin problema en herbolarios, aunque también puedes comprarlo en internet, échale un vistazo a ecomuesli.com, lo tienes a granel y ofrecen siempre un servicio genial :) Aunque cuidado que vas a querer comprarlo todo! jejejeje :)
EliminarMuchas gracias por tu rápida respuesta.
Eliminares que no me admite los comentarios. A ver si ahora sí, si no te preguntaré por otro lado. ¿De cuánto es la medida de la lata de leche de coco?. Y el polvo de acaí ¿dónde se encuentra?, los anacardos crudos imagino que en algún centro comercial. Gracias. A ver si ahora puedo comentar. Soy Merce Mera.
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